617 palabras leídas por casualidad desmoronan la vida de Tess, la adolescente protagonista de esta historia. Esas terribles 617 palabras enmudecen a Tess, que decide dejar de hablar por completo a todo el mundo: a su familia, a su única amiga, a sus profesores... aunque mantendrá un diálogo constante con una linterna pez que hará las veces de voz de conciencia desdoblada.
Creo que una de las cosas que me ha gustado del libro es que la protagonista no es una "heroína" típica de novela juvenil, tipo muchacha tímida, de buen corazón que pasa desapercibida hasta que el chico guapo la descubre al mundo. No, Tess se autodescribe como una chica gordita que sufre las burlas de algunos de sus compañeros, aunque al principio de la novela se la ve bastante contenta con su vida, principalmente con la que ella considera su alma gemela; su amiga Isabel. Como cualquier adolescente tiene miedos e inseguridades, algunos a causa de su padre, Jack. En el libro se ven situaciones de acoso de manera bastante realista y, aunque no supongan el núcleo central de la historia, ésta se queda sin un desenlace que cierre ese asunto y que hubiera sido de agradecer. No sé si la intención de la autora ha sido dejarlo así precisamente como crítica a todas las situaciones de acoso que no llegan a resolverse, pero tratándose de una novela juvenil, creo que hubiera preferido cerrar de manera satisfactoria ese asunto, puesto que el único castigo que recibe la acosadora proviene de su propia frustración y no parece suficiente a la vista de las humillaciones a las que somete a Tess.
La otra subtrama del libro se centra en dos de los profesores de Tess, pero creo que ahí la verosimilitud está muy poco lograda y el desenlace es un tanto facilón. Si comparo esta historia con el primer libro de la autora, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, tengo que admitir que el primero tenía bastante más profundidad y el argumento era más sólido. Sin embargo, también es verdad que en este libro se le coge bastante cariño a la protagonista de la novela.
En definitiva, es una lectura que recomiendo para cualquier edad pero, principalmente, para alumnos de 12-14 años.
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