Siempre es agradable encontrar una lectura que te haga reír, y desde luego Ciega a citas lo ha conseguido. El libro cuenta la historia de un reto, el que se propone la treintañera Lucía González tras escuchar cómo su madre apuesta a que terminará sola, de negro y borracha en la futura boda de su hermana. Lucía está decidida a no darle la razón a su progenitora, y para ello emprende un plan desesperado; debe conseguir novio formal en menos de 227 días.
Tanto el tema (treintañera soltera con quilos de más en busca de pareja) como el tono y la estructura (entre blog y diario) nos recuerdan sospechosamente a Bridget Jones, eso si, a lo argentino. Y aunque argentinos y españoles compartamos el mismo idioma, hay numerosos términos que desconocemos, (no hablemos ya de referencias culturales). A pesar de esto, el entretenimiento está asegurado. Y como no hay nada que ilustre mejor esta fábula de cuento de hadas que algún que otro fragmento, ahí os dejo algunos.
Después de mucho pensarlo, creo que lo mejor es probar con Marcelo. Es mucho más fácil cortarle el pelo a un hombre, que lograr que deje de gritar o contar las monedas de la propina. Después de todo, todos los hombres son un desastre hasta que una mujer los hace de nuevo. Voy a recauchutarlo un poco (cambiarle los pantalones, sacudirle el folklore y, si se puede, cortarle el pelo) y en julio lo llevo al casamiento.
(La madre a la protagonista)
Por un momento te vi más flaca, pero no, ya pasó. Era el sol.
(De la misma a la misma)
-Para ser boracha, primero tenés que ser Kate Moss. Esto es como los jeans de tiro bajo, no le quedan bien a cualquiera.
Y un trailer de la versión cinematográfica de la obra:
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