Si pudiéramos dibujar el recorrido de la vida en una línea, cada punto podría ser ese momento crucial del que dependerá el resto de la trayectoria. Quizá toda nuestra vida precedente exista tan sólo como camino hacia ese punto, o tal vez no, pero una vez trazado, no hay vuelta atrás.
El momento en que todo cambió es uno de los mejores libros que he leído últimamente. Lo que se anuncia como una gran historia de amor se queda terriblemente corto para describir la novela que tenemos entre manos. Es una historia de amor, sí, grande en la medida en que sus personajes son seres complejos y humanos, pero también es una novela histórica que nos traslada al Berlín de la Guerra fría, al mundo del espionaje y la tragedia gris de aquella época. Por tanto, tenemos una novela en tres dimensiones; de amor, histórica y de espionaje, un tres por uno en toda regla.
La historia se centra en varios momentos de la vida del protagonista Thomas Nesbitt, un escritor de libros de viajes que se traslada a Berlín en 1984. Allí conoce a Petra Dussmann y por primera vez se siente absolutamente enamorado. Sin embargo, como anuncia el título, un sólo momento puede cambiarlo todo, y lo que comienza como una idílica relación de amor, puede convertirse en la más trágica de las historias. Como explica el autor "El amor es un riesgo necesario que todos debemos correr para vivir, pero como todo riesgo, es peligroso porque te hace vulnerable".
Después de terminar el libro me dieron ganas de leer algo más sobre la época para comprobar si los horrores que se relatan en la novela representan la realidad de manera fiel. Teniendo en cuenta que el autor vivió los acontecimientos de cerca, "soy un niño de la Guerra Fría", no es desacertado pensar que las situaciones planteadas pudieran muy bien haber ocurrido en esa "ciudad esquizofrénica".
El momento en que todo cambió sorprende al lector con giros inesperados y deja una sensación agridulce por la nostalgia de todos los momentos en que nuestra vida cambió o pudo haberlo hecho.