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martes, 1 de noviembre de 2011

El secreto de Caperucita Roja, Sofía Navarro.


Tengo predilección por los cuentos infantiles tradicionales; La Bella Durmiente, La Cenicienta o Caperucita son historias hoy políticamente correctas después de que la factoría Disney las edulcorara. Conozco los orígenes truculentos y macabros de estos cuentos, versiones que han perdido su razón de ser -o quizá no- en esta sociedad avanzada y próspera en la que vivimos -ejem-. Por este motivo, cada vez que sale una revisión del género me animo a leerla, ya lo hice con  Caperucita roja ¿a quién tienes miedo? una historia entre gótico-medieval cuyo resultado en cine no he osado comprobar. Pero no escarmentada me he decidido a probar suerte con la última revisión del cuento, la de Sofía Navarro, una jovencísima escritora. El prólogo ha creado algo de polémica, pues en él Navarro arremete contra la típica literatura juvenil y promete hacer algo diferente. Ciertamente, incumple las normas del género por excelencia: ni huele a gótico, ni el personaje es una chica aparentemente desvalida en un instituto nuevo. Hasta ahí bien, al menos por la novedad. Sin embargo, la estructuración de la historia está desigualmente construida, la tensión no va in crescendo ni se mantiene por igual, hay errores puramente sintácticos (además de varios tipográficos) y el final es, cuando menos, lioso. 


Pero recapitulemos, se supone que el joven protagonista -Stein-, temeroso de desarrollar esquizofrenia como su tío, se va unos meses a la antigua casa familiar en lo más profundo de Alemania. Allí averiguamos, después de dar muchas vueltas mareando la perdiz, que es donde se supone que los Hermanos Grimm se inspiraron para sus cuentos, y de ahí ciertas actitudes y misterios en los habitantes del pueblo. Nuestro protagonista conocerá una joven misteriosa -ataviada con capa roja- que no resultará ser la dulce e inocente niña del cuento...

Los errores argumentales son continuos, nada más llegar Stein decide pasar la noche en la estación porque no tiene mucho dinero como para gastarlo en un hotel, pero inmediatamente después le paga 180 eurazos a un pastor para que lo lleve al pueblo. Al día siguiente contrata a un jardinero para que le arregle el terreno que bordea la casa y le plante un manzano... ¿pero no tenía poco dinero? ¿no iba a quedarse sólo unos meses? Este es el tipo de errores tontos que van en detrimento de la verosimilitud del libro y que hace a los personajes poco creíbles. Pensemos por ejemplo en la madre; su hijo se va a "descansar" por si está desarrollando esquizofrenia y la madre se queda tan tranquila incluso cuando éste deja de llamarla y comunicarse con ella, vamos, lo que haría cualquier madre...

En fin, que ir a contracorriente de un género no implica superarlo.

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